TALES OF ARISE

¿DE QUÉ SE TRATA?

La historia de Tales of Arise se centra en la esclavitud del planeta Dahna a manos del avanzado planeta Rena, quien lo divide en reinos para crear una competencia entre ellos por ver quién obtiene más energía astral y ser el reino soberano. Entre toda esta trifulca tomas el rol de un misterioso personaje con una mascara de hierro al que llaman… mmhm, pues sí, Iron Mask, y aunque no es muy original, es el personaje con el que inicias esta gran aventura en la que, si eres lo suficientemente paciente y te gustan los juegos de rol japoneses, podría convertirse en uno de tus grandes favoritos. Iron Mask de alguna manera se involucra con Shionne, una chica que cuenta con una peculiar cualidad, lanzar una especie de descargas eléctricas que noquean a sus enemigos pero que en tu caso te permite revelar ciertos recuerdos de tu pasado. Juntos terminan uniéndose a una facción “rebelde” e inician su travesía para derrocar a cada reina buscando la libertad de Dahna.

Por cierto, vale la pena mencionar que este es el juego numero 17 dentro de la franquicia de la serie Tales que inició en 1995 con Tales of Phantasia para el Super Famicom en Japón, y que llegaría hasta 2006 a América, pero para el Game Boy Advance.

¿CÓMO SE JUEGA?

Como se trata de un ARPG japonés, el juego está muy orientado a la acción continua y eso se agradece después de aventarte una gran cantidad de diálogos entre enfrentamientos. Conforme avanzas iras conociendo personajes y uniéndolos a tu causa, mismos que podrás utilizar en combates a lo largo de la aventura. No es fácil del todo salir triunfador, pero en caso de que te estén vapuleando continuamente el juego ofrece una modalidad que se centra en la historia y hace más “llevaderos” los enfrentamientos. No te preocupes que elegir uno u otro no afecta el desarrollo general del juego, se trata más bien de una opción para que los novatos en este tipo de juegos disfruten más mientras se van familiarizando con el género.

El combate es muy dinámico y curiosamente se asemeja más a un hack-and-slash sin perder los toques de rol tradicionales como el uso de ítems, magias o habilidades en medio de la batalla. Se trata mucho de saber cómo desarrollar los combos precisos para no soltar el castigo a tus enemigos y hacer el mayor daño posible. Incluso puedes contar con la asistencia de otros aliados, aunque no los tengas activos en tu party en ese momento.

Para mejorar tus personajes existe un sistema de grindeo para fabricar tus propias armas y fortalecer tus habilidades. Existe la posibilidad que mediante microtransacciones puedas conseguir cosméticos y materiales para facilitar esta labor, pero si eres lo suficientemente aferrado, llegará el momento en que subirás y mejorarás de manera constante. Sólo se trata de que en los momentos de exploración no dejes lugar sin visitar y tendrás materiales suficientes que son súper necesarios porque todo el mejoramiento de armas se hace de esa manera, es decir, nunca abrirás un cofre y encontrarás un arma o armadura mejor.

En cuanto a su apartado técnico, tanto a nivel visual como auditivo, el juego tiene un desempeño por encima del promedio en las consolas de nueva generación, PlayStation 5 y Xbox Series X/S, mientras que en las consolas anteriores hay algunos bajones de framerate en los combates y algunas texturas que de pronto se ven “raras”. La música y efectos de sonido, aunque no brillan por su originalidad, cumplen con el cometido y son lo suficientemente buenas para no lamentar su presencia.

En definitiva, estamos ante el mejor Tales de la serie. Es una excelente propuesta tanto para quienes ya conocían los juegos previos como para los que se sienten atraídos por este género, pero no le han dado la oportunidad.

LO BUENO

  • En consolas de nueva generación luce espectacular
  • Buen desarrollo en la personalidad de los personajes
  • Combate tipo hack-and-slash que hace muy dinámico el juego

LO MALO

  • Historia con demasiados giros y temas, puede resultar confusa
  • Poca variedad de enemigos
  • Desarrollo del juego e historia lento, tarda mucho en ponerse “bueno”