Cuando se lanzó Bayonetta en 2010 para Xbox 360 y PS3 fue un juego que llamó la atención por el aspecto de su protagonista, por su estilo gráfico, y por su jugabilidad impregnada de Devil May Cry solo que multiplicada. La combinación tuvo éxito en la crítica, pero las ventas se quedaron por debajo de las expectativas de SEGA, haciendo que una secuela fuera improbable.
Sin embargo, Nintendo, buscando ampliar el catalogo para su consola Wii U, financió la producción de Bayonetta 2 que salió a la venta en 2014 obteniendo calificaciones aún mejores que las del original, pero nuevamente las ventas no fueron las esperadas, quedando por debajo de las conseguidas por el original. Y aunque esto podría haber sido el final de la franquicia, fue en Nintendo Switch donde Bayonetta revivió al relanzarse ambos juegos en 2018 alcanzando ventas que, sin haber sido espectaculares, le abrieron la puerta a la creación del cierre de la trilogía.
Así llegamos a Bayonetta 3, un juego bajo la misma fórmula solo que ahora envuelta en una historia que, como varios otros títulos y películas, juguetea con el concepto del multiverso.
Esto hace que, a diferencia de los juegos anteriores, los escenarios sean distintos al existir múltiples mundos, y sí, también múltiples Bayonettas, y si a eso le sumamos algunas misiones de sigilo con Jeanne, y algunos niveles con un personaje nuevo llamado Viola, que comparte las características básicas de Bayonetta pero con variantes de combate que le dan su propio estilo, tenemos en Bayonetta 3 una culminación fantástica en la que, a pesar de utilizar las mecánicas de juego ya conocidas (peleas y misiones secuenciales, combos de ataque de dos botones, compra de mejoras e ítems, etc.) también tiene diferencias que lo llevan a rutas inexploradas.
Y aunque no todo funciona a la perfección, son esos pequeños ajustes en la jugabilidad los que hacen que el título fluya bastante bien, como cuando evades en el momento exacto un ataque para entrar en el Witch Time que ralentiza temporalmente a los enemigos, o los combos que terminan en un movimiento final distinto. Mención aparte merece la Demon Masquerade que te permite controlar varios tipos de demonios, y también utilizar armas algo ridículas pero efectivas. En cuanto a los demonios, al ser gigantes sus movimientos son lentos y sus ataques son pocos, aunque poderosos, cuando los controlas el juego se convierte en algo parecido a uno de combates con Kaijus, es decir vistoso, pero un tanto torpe, con algunas secciones mejor logradas que otras.
EN RESUMEN
Bayonetta 3 está ligeramente más inclinado a la aventura que a la acción, la historia cumple con su función, las mecánicas agregadas le dan variedad (aunque a veces se sienten metidas con calzador), pero en donde el juego brilla es en los combates con Bayonetta, tan gratificantes y trepidantes como la primera vez que los conocimos.
NOS GUSTÓ
El combate
La jugabilidad variable
Las batallas con los jefes
NO NOS GUSTÓ
La perdida de ritmo en algunos niveles
La falta de mayor variedad en los enemigos comunes
La caída de frames y bajones gráficos en ciertas batallas